
La degustación envuelve mucho más que el gusto. Texturas, olores y colores se combinan en una misma experiencia al probar un buen vino. Los decantadores son una herramienta para resaltar estos aspectos.
La decantación consiste en pasar vino de una botella a otra para separar los sedimentos y airear. Con el tiempo, los pigmentos y los componentes que le dan la acidez al vino (taninos) se juntan y forman una sustancia que puede agregar un sabor amargo y textura arenosa. Estos sedimentos se pueden remover para disfrutar al máximo el vino. Además, al mezclarse con el aire, los aromas y sabores se refrescan y realzan.
Si tienes un vino especial que quieres disfrutar en todo su esplendor, sigue estos pasos para decantarlo:
Algunas personas opinan que el vino sabe mejor si se deja descansar 15 o 20 minutos después de ser decantado. Esto dependerá del tipo de vino y de tu gusto personal.
El proceso de decantación muchas veces se asocia a vinos tintos añejados, ya que estos generalmente tienen más sedimentos. Sin embargo, el aire que introduce la decantación también puede beneficiar a vinos tintos jóvenes e incluso a algunos vinos blancos de alta calidad.
Puntualmente, los Cabernet Sauvignon y Syrah pueden mejorar mucho con la decantación porque tienen una alta acidez. Como tienen menos taninos, la mayoría de los vinos blancos jóvenes no se benefician tanto de este proceso.
¿Y los espumantes? En algunas partes se ha convertido en tendencia decantar estos vinos para suavizar la intensidad de las burbujas.
Finalmente, todo dependerá de tu gusto. Experimenta con tus vinos favoritos para ver la diferencia.